Para librarse de algo que le está causando problemas: consiga una olla pequeña de hierro fundido o de cobre. La abertura no debería ser mayor de unos ocho centímetros de diámetro. Esta olla debe tener unas patas para sostenerla. También necesitará ron o algún otro alcohol inflamable. Si no puede conseguir nada más, le bastará con alcohol de quemar.
Por la noche, coloque la olla sobre una superficie resistente al calor. Vierta una octava parte de una taza de alcohol en la olla. Ponga su mano de proyección encima de la abertura. Visualice y empuje su problema dentro de la olla. Empuje sus causas y la energía con que lo ha estado alimentando.
Manteniéndose a una distancia prudente, encienda una cerilla (los encendedores son muy peligrosos para este ritual). Tire la cerilla encendida al interior de la olla. El líquido debería inflamarse inmediatamente. Si no lo hace, pruebe con otra cerilla. Una vez que el contenido de la olla esté ardiendo, apague las luces. Observe las llamas, diciendo estas o similares palabras:
Ardiente fuerza del purifícame fuego, danzantes llamas de luz;
Escuchad, pues mi necesidad es extrema, ayudadme en este rito.
Olla de juego, OH abrasadora flor, brillando ante mi vista:
Purifícame con tu mágico poder,
Libérame con tu fuerza.
Siga repitiendo estas palabras. Visualícese completamente liberado del problema hasta que el fuego disminuya y se apague. Llévese la olla (podría necesitar un plato para no quemarse los dedos) y no la utilice para ningún otro fin más que para hechizos de este tipo.