Magia. (Del lat. magīa, y este del gr. μαγεία)1. f. Arte o ciencia oculta con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales. f. Encanto, hechizo o atractivo de alguien o algo. f. La que por medios naturales obra efectos que parecen sobrenaturales.
Pero la magia es algo más natural, algo que nuestros antepasados hacían como una forma de vida. Cuando descubrieron el fuego y lo protegían contra todo, cuando pintaban en las paredes de la cueva como cazaban a los animales, todo eso era magia. A partir de aquí empezó la época de las brujas, que realmente eran mujeres muy sabias, que sabían cuidar de sus casas, con la escoba barrían las negatividades, con el caldero cocinaban y daban alimento a los suyos, con las velas iluminaban las estancias y con las hiervas curaban y sanaban las enfermedades, realizando ungüentos y demás remedios. Por esto llegaron a tener gran sabiduría, que hoy nos ha llegado en forma de hechizos y fórmulas magistrales para sanar con hiervas y modificar nuestra vida, Además de rituales de conexión con la naturaleza que es la gran aliada de la magia.
Por eso bien entendida y realizada debería ayudarnos a tener una vida más cómoda feliz y abundante. Y todo lo podemos conseguir con la ayuda de la magia.

AIRE
Sin aire nuestro planeta sería un globo sin vida. No podría existir ninguna vida tal y Como la conocemos sin la combinación de gases de la que está provisto nuestro Planeta afortunadamente.
Aunque el aire es invisible es una parte esencial de nuestra vida. No sólo es necesario
Para que la vida continúe, también afecta a nuestras vidas de formas a menudo Dramáticas. Puesto que es invisible y tan poderoso ha sido usado en hechizos y en magia durante eones, y también ha encontrado su lugar a través de los vientos- en el
Folklore y la mitología de todos los pueblos del mundo Los hechizos y técnicas presentadas aquí utilizan el poder del Aire, que como mejor Se puede visualizar es como un torrente de viento. Muchos de los hechizos requieren
Viento. Al menos brisa, y también se incluyen hechizos para el control del viento.
AGUA
El Agua es el elemento de la purificación, la mente subconsciente, el amor y las emociones.
Así como es un fluido, constantemente cambiante, fluyendo de un nivel a otro, así también nuestras emociones están en un constante estado de flujo.
El Agua es el elemento de absorción y germinación. El subconsciente está simbolizado por este elemento porque está girando, siempre moviéndose como el mar que no descansa ni de noche ni de día.
La magia del Agua involucra placer, amistad, matrimonio, fertilidad, felicidad, curación, dormir, soñar, actos físicos, purificación, etcétera.
Un ritual de agua suele finalizar arrojando o situando un objeto en agua.
Este es un elemento femenino, y su color es el azul del agua profunda, profunda.
Regula el Oeste y los meses del otoño, cuando los chaparrones lavan la Tierra.
La magia del agua se realiza con espejos, el mar, la niebla y la lluvia.
Estos son, pues, los cuatro elementos. Un estudio completo de ellos puede ocupar toda una vida, pero estas son las bases.
Aunque no es necesario invocar estos elementos o trabajar con ellos directamente, es beneficioso ser consciente de ellos y recordarlos cuando se practique la magia.
Habíamos estado buscando piedras en el desierto. La temperatura rondaba los 44° C. Sudando, y agotados de escalar durante varias horas la desolada montaña a pleno sol decidimos volver al refugio de sombra que protegía nuestro coche.
Una vez allí, cogí el recipiente del hielo y me eché agua helada directamente en la cabeza. El intenso choque producido por aquel gélido líquido al correr por mi cuerpo fue una experiencia increíble. En aquel lugar, agazapado junto a una montaña salpicada de rocas en el límite del desierto, me fueron recordadas, una vez más, las maravillas del agua.
El agua está por todas partes a nuestro alrededor. Nuestros cuerpos y la superficie de nuestro planeta están compuestos, aproximadamente, por un 70% de esa sustancia líquida. Nuestra necesidad de agua y el deleite que la misma nos produce son de sobra conocidos. Lo que no es tan conocido es el gran abanico de usos mágicos del agua. He aquí algunos de esos usos.
AGUA
El Agua es el elemento de la purificación, la mente subconsciente, el amor y las emociones.
Así como es un fluido, constantemente cambiante, fluyendo de un nivel a otro, así también nuestras emociones están en un constante estado de flujo.
El Agua es el elemento de absorción y germinación. El subconsciente está simbolizado por este elemento porque está girando, siempre moviéndose como el mar que no descansa ni de noche ni de día.
La magia del Agua involucra placer, amistad, matrimonio, fertilidad, felicidad, curación, dormir, soñar, actos físicos, purificación, etcétera.
Un ritual de agua suele finalizar arrojando o situando un objeto en agua.
Este es un elemento femenino, y su color es el azul del agua profunda, profunda.
Regula el Oeste y los meses del otoño, cuando los chaparrones lavan la Tierra.
La magia del agua se realiza con espejos, el mar, la niebla y la lluvia.
Estos son, pues, los cuatro elementos. Un estudio completo de ellos puede ocupar toda una vida, pero estas son las bases.
Aunque no es necesario invocar estos elementos o trabajar con ellos directamente, es beneficioso ser consciente de ellos y recordarlos cuando se practique la magia.
Habíamos estado buscando piedras en el desierto. La temperatura rondaba los 44° C. Sudando, y agotados de escalar durante varias horas la desolada montaña a pleno sol decidimos volver al refugio de sombra que protegía nuestro coche.
Una vez allí, cogí el recipiente del hielo y me eché agua helada directamente en la cabeza. El intenso choque producido por aquel gélido líquido al correr por mi cuerpo fue una experiencia increíble. En aquel lugar, agazapado junto a una montaña salpicada de rocas en el límite del desierto, me fueron recordadas, una vez más, las maravillas del agua.
El agua está por todas partes a nuestro alrededor. Nuestros cuerpos y la superficie de nuestro planeta están compuestos, aproximadamente, por un 70% de esa sustancia líquida. Nuestra necesidad de agua y el deleite que la misma nos produce son de sobra conocidos. Lo que no es tan conocido es el gran abanico de usos mágicos del agua. He aquí algunos de esos usos.
FUEGO
El Fuego es el elemento del cambio, el deseo y la pasión. En cierto sentido, contiene en su interior todas las formas de magia, puesto que la magia es un proceso de cambio.
La magia del Fuego puede ser aterradora. Los resultados se manifiestan rápida y espectacularmente. No es un elemento para el temeroso. Sin embargo, es el principal y por esta razón es muy usado.
Este es el reino de la sexualidad y la pasión. No es sólo el fuego sagrado» del sexo, es también la chispa de divinidad que brilla dentro de nosotros y de todas las cosas vivas. Es al mismo tiempo el más físico y el más espiritual de los elementos.
Sus rituales mágicos suelen involucrar energía, autoridad, sexo, curación, destrucción (de hábitos negativos, enfermedad), purificación, evolución, etcétera.
Un ritual de Fuego suele involucrar ahumar o quemar una imagen, hierba, o cualquier otro objeto inflamable, o el use de velas o pequeñas hogueras.
Su magia se practica normalmente junto a la chimenea, o junto a fuegos encendidos en espacios libres salvajes, o junto a la llama de una simple vela.
El Fuego es masculino. Regula el Sur, el lugar de mayor calor, el color rojo y la estación del verano.
Toda la magia de las velas se encuentra bajo los poderes del fuego.
Los humanos hemos venerado siempre el fuego. Hoy en día no rendimos culto al fuego, como lo hicieron nuestros antepasados mucho tiempo atrás, pero todavía hay algo de la manifestación física de este elemento que atrae nuestra atención. Un agradable fuego en el hogar en un día frío nos reconforta.
Una hoguera calienta el agua y cocina los alimentos. Un edificio ardiendo o un incendio forestal impulsan en tropel a los medios de comunicación, en busca de las más horripilantes imágenes en sus cintas de vídeo.
La bombilla eléctrica ha sustituido a las lámparas de queroseno en muchos lugares del planeta, pero no hace tanto tiempo que dependíamos del fuego, tanto para alumbrarnos como para calentarnos y para cocinar. Incluso hoy en día encendemos velas para las cenas románticas, para acompañar a las plegarias y para fines mágicos. No hemos olvidado el poder del fuego. Originariamente, el fuego fue robado del cielo. Árboles alcanzados por los rayos eran las fuentes principales. Más tarde, los humanos descubrieron el arte de crear esta preciosa energía a través de la fricción, utilizando dos palos de madera. También se creaba el fuego mediante el uso del pedernal y la yesca.
El fuego ha sido siempre un arma de doble filo. Nos ayuda tanto como nos daña. Se ha utilizado el fuego como tratamiento médico y como arma. Actualmente, si pensamos en el fuego, lo hacemos en asociación con tiempos pasados, o en devastadoras llamas. Y sin embargo…, aún está junto a nosotros.
Podemos tener nuevas formas de tecnología para crearlo, tales como la cocina de gas o las cerillas de madera, pero no hemos perdido nuestra actitud mística hacia el fuego. El fuego es un elemento destructivo y creador. Sus cualidades destructivas son ya conocidas por todos los que leen estas líneas (¿quién no ha visto nunca desaparecer algo entre las llamas?). Su naturaleza creativa puede estar escondida en las llamas, pero está allí: de las cenizas de lo antiguo se eleva lo nuevo. El fénix es el ejemplo eterno de ello.
Los rituales del fuego hay que realizarlos con cuidado. Los animales domésticos podrían querer participar y en su curiosidad, derribar recipientes con llamas o esparcir varillas ardiendo. E] sentido común es esencial para aplicar las normas de seguridad cuando se trabaja con este elemento.
Incontrolado, el fuego es un elemento peligroso. Pero si se tiene bajo control, puede ser una útil herramienta que sirva para cambiar nuestras vidas.
Una advertencia final: los rituales con fuego pueden activar los detectores de humo. Lo mejor es realizarlos cerca de ventanas abiertas, lejos de estos inventos salvadores de vidas. Después de haber instalado un detector de humo, quemé una cana que recibí en el correo. Tan pronto como la encendí y tiré los papeles quemando en una caldera, la alarma de humo se puso a funcionar. Es mejor saber evitar estas situaciones.
Este es el elemento con el que estamos más cercanos al hogar, puesto que es nuestro
Hogar. La Tierra no representa necesariamente la Tierra física, sino esa parte de ella que es estable, sólida, segura.
La Tierra es el fundamento de los elementos, la base. Es en este dominio en el que vivimos la mayoría de nosotros una buena parte de nuestras vidas. Cuando andamos, nos sentamos, nos levantamos, nos arrastramos, comemos, dormimos, hacemos nuestros trabajos, cuidamos nuestras plantas, examinamos nuestros libros de cheques o probamos sal estamos trabajando con el elemento Tierra.
La Tierra es el reino de la abundancia, prosperidad y riqueza. Aunque es el elemento más físico esto no es negativo, porque los otros tres se apoyan sobre la Tierra. Sin la
Tierra, la ida como la conocemos no existiría.
En las tareas mágicas, la Tierra «regula» todos los hechizos y rituales que involucran negocios, dinero, empleo, prosperidad en todas sus formas, estabilidad, fertilidad, etcétera. Un ritual de este elemento podría ser enterrar un objeto representativo de tu necesidad en una parcela virgen de tierra, caminar a través de millas de campo visualizando tu necesidad, o dibujar imágenes en el barro.
La Tierra es un elemento femenino. Es nutridora, húmeda, fructífera y son estas cualidades las que la hacen femenina. Tales atributos han impulsado a incontables civilizaciones a considerar la Tierra como una gran Diosa Madre, la toda-fértil
Creadora de la Naturaleza.
La Tierra regula el punto Norte de la brújula, porque es el lugar de mayor oscuridad y del invierno. Su color es el verde de los campos y las plantas.
Gobierna la magia de las piedras, las imágenes, los árboles y los nudos.
Cuando llega el invierno, la tierra se encuentra oculta bajo espesas capas de nieve, fin la primavera, el suelo humedecido nutre diligentemente las semillitas con su riqueza. La tierra se seca bajo el sol de verano y con la llegada del otoño aparece salpicada de hojas amarillas, marrones, rojas y naranjas.
La tierra es nuestra Madre. Practique estos ritos u otros similares, pero devuelva también energía a la tierra; para ello encontrará al final del capítulo un sencillo ritual.
Si vive en las calles asfaltadas de una gran ciudad, planee unas cuantas excursiones al campo para llevar a cabo la magia de la tierra. Visite arroyos, ríos o desiertos para recoger arena. Lo más importunarle es sintonizar con la tierra y ella ya le proporcionará lo que necesite.
Este es el elemento con el que estamos más cercanos al hogar, puesto que es nuestro hogar. La Tierra no representa necesariamente la Tierra física, sino esa parte de ella que es estable, sólida, segura.
La Tierra es el fundamento de los elementos, la base. Es en este dominio en el que vivimos la mayoría de nosotros una buena parte de nuestras vidas. Cuando andamos, nos sentamos, nos levantamos, nos arrastramos, comemos, dormimos, hacemos nuestros trabajos, cuidamos nuestras plantas, examinamos nuestros libros de cheques o probamos sal estamos trabajando con el elemento Tierra.
La Tierra es el reino de la abundancia, prosperidad y riqueza. Aunque es el elemento más físico esto no es negativo, porque los otros tres se apoyan sobre la Tierra. Sin la
Tierra, la ida como la conocemos no existiría.
En las tareas mágicas, la Tierra «regula» todos los hechizos y rituales que involucran negocios, dinero, empleo, prosperidad en todas sus formas, estabilidad, fertilidad, etcétera. Un ritual de este elemento podría ser enterrar un objeto representativo de tu necesidad en una parcela virgen de tierra, caminar a través de millas de campo visualizando tu necesidad, o dibujar imágenes en el barro.
La Tierra es un elemento femenino. Es nutridora, húmeda, fructífera y son estas cualidades las que la hacen femenina. Tales atributos han impulsado a incontables civilizaciones a considerar la Tierra como una gran Diosa Madre, la toda-fértil Creadora de la Naturaleza.
La Tierra regula el punto Norte de la brújula, porque es el lugar de mayor oscuridad y del invierno. Su color es el verde de los campos y las plantas.
Gobierna la magia de las piedras, las imágenes, los árboles y los nudos
La Tierra es nuestro único hogar. Es de ella de donde provenimos mitológicamente, y en su húmedo suelo enterramos a nuestros difuntos. De su superficie extraemos verdes vegetales y plantas curativas. Los animales pastan sobre ella, y en su interior yacen riquezas de oro y plata, piedras preciosas y petróleo. Hasta hace poco tiempo ningún ser vivo salvo los pájaros- abandonaba su superficie más de unos momentos.
Las antiguas diosas de la Tierra han sobrevivido hasta estos días en la forma de
Madre Naturaleza, una deidad reivindicada por almas conscientes de la Naturaleza en los albores del siglo XX. La Tierra fue adorada por su propia causa, y hoy en día es reverenciada de nuevo como nuestro hogar y sustento. Sin ella pereceríamos.
Los movimientos ecológicos han surgido para llenar la necesidad de proteger nuestro planeta. La Tierra astronave, como llegó a llamarse cuando llegamos a dejar su atmósfera y mirar su masa azulada desde el espacio, es Gaia, nuestra Madre, nuestro hogar, nuestro todo. Siempre lo ha sido.
Como tal, ha entrado durante miles de años en el pensamiento y práctica religiosos y mágicos. Algunos de los hechizos y técnicas presentados en este capítulo son muy antiguos. En estos hechizos de la Tierra se encuentran las raíces de toda la magia, porque si todas las formas de magia no son de este elemento, ciertamente son realizadas sobre la Tierra.
Piensa en un puñado de tierra recién cavado. Huele la riqueza del suelo fértil. Mira el color sorprendente, desde la arcilla más blanca al rojo volcánico al negro más negro.
Esta es la naturaleza fértil, el almacén de vitaminas y minerales esenciales para la vida.
Es también un escenario excelente en el que (o con el que) practicar magia.